Fotógrafo

En unas vacaciones por el estado de Chihuahua, llegamos a la Sierra Tarahumara, donde conocí las casas en las que viven los índigenas tarahumaras que no quieren dejar sus costumbres.
Es en una de estas casas, donde al querer tomar una foto de la construcción del cuarto principal, no me percate de la postal que estaba fotografiando, sino que hasta cuando descargo las fotos en mi computadora, me doy cuenta de lo que realmente capté.
Se me hace como una de esas fotos que uno quisiera tomar cada que ves una revista de National Geographic, o cada que ves el anuncio de un concurso de fotografía y dices, pero si yo puedo hacer eso... y sí, así es, cualquiera podemos hacerlo, y para muestra basta un botón. Definitivamente no es que haya tenido un ojo de fotógrafo, o hubiese elegido el momento, el ángulo, cuidado la luz, o pusiera de acuerdo a la señora para aparecer en tal o cual pose, no.
Mas bien pienso que fué el momento idóneo para que se diera la imagen, una indígena tal vez cansada por la jornada del día, la luz controlada por la hora del dia y por la entrada de la cueva, el bullicio de los turístas saliendo de la casa, llamando la atención de la señora, y un turista que fotografía cada mosca que pasa, que toma le imagen con un desinterés tal, que nadie se percata de la escena que se ha captado por el lente... definitivamente, la mejor fotografía que he tomado, compitiendo solo con la del violinista, que en su momento mostraré.